La lectura de las cartas autobiográficas de mujeres que cumplen penas de presidio con diversas condenas, exige del lector un fuerte compromiso emocional. Es inevitable no evocar con algunas de estas escrituras testimonios literarios, clásicos incluso, que incursionan en el mundo de la culpa, el castigo, el deseo y la expiación, en verdaderos exámenes descarnados del mundo interior de la psiquis a la manera de “Memorias del subsuelo” de Dostoievski.
Mutatis mutandis, las tinieblas y la luz de estas cartas nos mueven a pensar en almas sufrientes y destinos inciertos, que pueden ser redimidos en parte a través de la escritura.